Dieta y embarazo

Muchas madres durante el embarazo quieren seguir manteniéndose delgadas y no subir de peso para cuando den a luz conservar el mismo cuerpo que tenían antes de concebir, por lo que se dedican a hacer dietas.

Sin embargo, eso puede traer consecuencias no muy saludables ni para ella ni para el futuro bebé.
La dieta de una embarazada debe ser igual de nutritiva y equilibrada que la de cualquier persona, aunque se debe prestar algo más de atención a ciertos puntos. En esta etapa la alimentación deberá ser variada y rica en nutrientes y procurar aumentar la ingesta de alimentos ricos en hierro y ácido fólico, este último es esencial durante la gestación para un normal crecimiento de las células del feto.
El consumo de productos lácteos desnatados (leche y sus derivados) será esencial para obter calcio.
Hay que recordar que este mineral es necesario para un óptimo desarrollo de los huesos. Las proteínas también cumplen un rol esencial en el desarrollo del bebé durante el embarazo. Estas son las responsables de producir el líquido amniótico y se pueden obtener a través de las carnes, pescados y huevos. Los hidratos de carbono complejos serán preferentemente la principal fuente de energía de la futura mamá, en este grupo podemos encontrar al arroz, las legumbres, frutas, papas y cereales enriquecidos, entre otros.
De acuerdo con la ginoco-obstetra Esperanza Solano, del Centro Médico San Martín, una mala nutrición en el período gestacional puede producir un bajo peso del niño al nacer, una mayor probabilidad de padecer hipertensión arterial, diabetes y problemas cardiovasculares en la vida adulta y puede presentar un menor coeficiente intelectual.
Una mala alimentación de la embarazada puede causar un bajo crecimiento fetal y pérdida de músculo esquelético en los recién nacidos.
Sin una buena alimentación, el recién nacido tiene alteraciones de las proporciones corporales, como son circunferencia cefálica mayor (cabeza) y circunferencia abdominal pequeña en relación con la talla.
Se puede afectar el crecimiento del hígado. Incluso, un estudio reciente de la Universidad de Southampton de los EEUU, demuestra que los niños cuyas madres habían seguido una dieta estricta sin los nutrientes suficientes durante el embarazo padecían una debilidad en las paredes de las arterias que los hace más susceptibles a ataques del corazón o derrames y pueden llegar a desarrollar arteroesclerosis, espina bífida o parálisis cerebral.
La idea es comer bien
Para comer bien durante el embarazo se debe hacer más que simplemente incrementar lo que se come.
Aunque se necesite aproximadamente 300 calorías adicionales por día - especialmente en la etapa más avanzada del embarazo, cuando el bebé crece más rápidamente - esas calorías deberían venir de alimentos nutritivos para que puedan contribuir al desarrollo y crecimiento del bebé.
Cuando se está embarazada, lo que se come es la fuente primordial de la nutrición del bebé. De hecho, el vínculo entre lo que se consumes y la salud del bebé es mucho más fuerte de lo que una vez se pensó. Por ello los doctores ahora dicen, por ejemplo, que no se debe tomar nada de alcohol durante el embarazo.
Los alimentos adicionales que se consuman no deberían ser simplemente calorías vacías. Deben proveer los nutrientes que el bebé necesita para crecer. Por ejemplo, el calcio ayuda a desarrollar y a mantener los huesos y los dientes fuertes. Mientras estés embarazada necesitarás más calcio para tu cuerpo y calcio adicional para tu bebé en desarrollo.
El Caribe
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